Hoy vamos a hacer un plato marroquí a base de pollo. Yo lo llamo tojunto marroquí y es algo que no da mucho trabajo pues se hace todo al mismo tiempo en la misma sartén.

Vereis necesitamos:
2 pechugas de pollo enteras y sin piel
3 cucharadas de aceite de oliva
1 cebolla (1/2 cortada en trozos
 y la otra 1/2 en rodajas finas)
100 grs de tomates
50 grs de genjibre rallado
2 dientes de ajo
1 cucharada de cúrcuma
1 cucharada de comino molido
1 cucharada de cilantro molido
1 pellizco de canela en polvo
1/2 calabaza (la que es alargada) sin semillas y cortada en trozos generosos
500 ml de caldo de pollo
2 cucharadas de azúcar moreno
2 cucharadas de vinagre de vino
50 grs de cerezas secas

Y para servirlo necesitaremos:
1 cebolla roja pequeña cortada en laminas finas
la ralladura de 1 limón, unas cuantas hojas de menta
100 grs de queso feta
yogur blanco.
Parecen muchos ingredientes pero no os asustéis merece la pena el sabor final.

Bueno lo  primero hay que poner sal y pimienta a
las pechugas. Calentamos el aceite en una sartén y ponemos el pollo a dorar por todas las partes.
Una vez dorado lo sacamos a un plato.

Y ahora trituramos la cebolla cortada en trozos, los tomates, genjibre y ajo hasta hacer una pasta.
Freímos la otra media cebolla que teníamos cortada en
láminas, en el aceite sobrante de haber frito las pechugas hasta que esté blanda, luego añadimos las especies y freímos durante 1 minuto más.
Juntamos a la pasta anterior y seguimos friendo durante unos minutos hasta que todo esté blando.
Devolvemos el pollo a la sartén junto con toda esta pasta y es ahora cuando añadimos la calabaza, el caldo de pollo, el azúcar y el vinagre.
Dejamos que cueza poco a poco aproximadamente 30 minutos o hasta que el pollo esté hecho. Sacamos otra vez el pollo y echamos las cerezas siguiendo la cocción de la salsa hasta que espese y mientras cortamos el pollo en trozos. Volvemos el pollo a la salsa y probamos para ver si necesita un poco más de sal y pimienta.
La idea de hacer la pechuga sin cortar es para que no se seque. Es mejor cocinar el trozo entero y luego trocear al final. Así mantiene toda su jugosidad.
Ahora es cuando mezclamos la cebolla roja, con la ralladura de limón, la menta y el queso feta. Lo echamos por encima y lo servimos inmediatamente. Está muy bueno poniendo un poco de yogur en el borde del plato y comiéndolo junto con el pollo.