Ingredientes:
110 g de mantequilla
2 yemas de huevo
80 g de azúcar glas
1 g de sal
200 g de harina de trigo
10 g de maicena
1/2 cucharadita de esencia de vainilla
Elaboración:
En un bol ponemos la mantequilla a temperatura ambiente y la vamos a ir ablandando con la ayuda de una espátula. Añadimos el azúcar y la sal que tamizaremos. Seguimos mezclando con la espátula o cuchara de madera pero sin pasarnos solo mezclar hasta no ver azúcar suelta. No debemos mezclar de más. Lo máximo que mezclamos es un minuto.
Luego añadimos las dos yemas que deben de estar a temperatura ambiente. Después añadiremos la vainilla. Seguimos mezclando, solo a incorporar bien. Que no se vean trocitos de yema en la masa.
Por último mezclamos la harina con la maicena. Tamizamos y vamos agregándola poco a poco.
Mezclamos presionando hasta formar una masa que debe sentirse suave, no seca pero no hace falta que quede del todo junta. No queremos tocarla mucho con las manos para que no se desarrolle el gluten haciendo que las galletas queden duras. Por lo tanto colocamos un papel de hornear encima de la encimera y volcamos nuestra masa. Con ayuda de otro papel que colocaremos por encima iremos aplastando y estirando la masa bien con las manos o con la ayuda de un rodillo para que la masa quede uniforme de unos 4 o 5 mm de espesor.
Envolvemos la masa en el papel y lo llevamos al refrigerador al menos media hora. Incluso puedes dejarlo toda la noche teniendo en cuenta que al hacer las galletas debemos sacar la masa y dejar reposar unos minutos antes de cortarlas para darlas la forma que más nos guste.
Hacemos la forma que más nos guste con ayuda de cortadores. Colocamos en la bandeja de horno con papel sulfurizado y dejamos un poco de espacio entre ellas como de 1 cm.
Llevamos al horno precalentado a 180º C. Horneamos por espacio de 10 a 15 minutos o cuando las veas ligeramente doradas. Sacamos y dejamos reposar en la bandeja unos 5 minutos porque sino puede que se rompan.. Después las pasamos a una rejilla para que enfríen completamente.
