He elegido esta receta por ser muy fácil de hacer y con pocos ingredientes. Te la dedico a tí Jorge que sé que te encanta el tiramisú. Pero tienes que hacerla. Ponte el delantal y adelante.

Ingredientes: 1/2 kg de queso mascarpone, 200 grs de leche condensada, 16 bizcochos de soletilla, 200 ml de café ( o si preferís cacao), 1 copa de licor de almendras, o amaretto, o fra angélico, al gusto vuestro, cacao para decorar.

Primero pon las soletillas a remojar en el batido que resulte del café

 (o cacao) y la copa de licor.

Básicamente es hacer en un recipiente una capa con la mitad de las soletillas remojadas en la mezcla del café o cacao con el licor que hayáis elegido, y otra capa con la crema resultante de batir el queso junto con la leche condensada. Para batir el queso con la leche condensada es mejor usar la batidora de barillas y batir hasta que esté la crema bastante gorda.

Luego repites las capas otra vez y decoras con el cacao.

En total tendremos 4 capas la primera de soletillas remojadas, la segunda de crema, la tercera de soletillas remojadas y la cuarta de crema. Cacao por encima y listo.

                                                                                 Necesitaremos:   

                                                        

                                                                                          50 grs de mantequilla, 1 cucharadita de aceite de oliva, 1 cebolla picada finamente, 1 kg de espinacas, 1/4 de cucharadita de nuez moscada, 500 grs de requesón o ricotta, 2 yemas de huevo, 85 grs de queso parmesano rallado en fino, 2 paquetes de hojaldre fresco, 1 huevo batido.     

Precalienta el horno a 180 º, 160 si es de ventilador. 

 Mezcla la mitad de la mantequilla con el aceite en una                                                                                     

sartén. Añade la cebolla y cocina durante 10 minutos hasta que esté blandita. Saca de la sartén y reserva.   

  

 En la misma sartén ve poniendo las espinacas en tandas,  cocina y sácalas a un colador  Aplástalas con el dorso de una cuchara para que salga todo el líquido.                                                                        

 Calentamos el horno a 160º, 140º los de ventilador. Tened cuidado porque queremos que se haga y no coja mucho color ni se queme.

Engrasamos el molde.

Mezclamos los huevos y el azúcar con una batidora eléctrica hasta conseguir una mezcla consistente y de color pálido.

Con cuidado incorporamos la almendra y la ralladura de limón con la ayuda de una cuchara de metal.


Ponemos la mezcla en el molde y horneamos alrededor de 25 minutos hasta que coja un poquito de color.

Verificamos que está hecha si al pinchar en el centro con un cuchillo,  éste sale limpio.

Cuando la saques del horno, tápala con un trapo de cocina limpio, hasta que se enfríe. Esto impide que el pastel te quede seco.

Espolvorea con azúcar glass.

Esta tarta está muy buena si la sirves con unas fresas que hayas macerado en vinagre y azúcar., y si además
compras un poco de helado de mantecado, la combinación es una gloria.

Las fresas se preparan con antelación, pues hay que dejarlas macerando unas 2 horas antes de servirlas. Pero es muy sencillo. Las medidas serían para 250 grs de fresas, 75 grs de azúcar refinado y 50 ml de vinagre de jerez..
Y solo tienes que quitarles el rabito y cortarlas a la mitad o en cuartos según prefieras.
Las mezclas con el azúcar y el vinagre en las cantidades que te he dicho antes, las tapas con un film transparente y las dejas en el frigo 2 horas. Verás que delicia.

En nuestra casa solemos comer de vez en cuando algún curry, siempre de pollo. Pero nunca me molesto en hacer una nueva receta porque la que hago les gusta. No obstante leyendo el otro día una,  me llamó la atención y decidí ponerla en práctica. El resultado excelente. Los sabores del mango y el cilantro fresco, inigualables.

Aquí va. Y a ponerla en práctica.

Está calculada para 6 personas. Y se necesitan 12 contramuslos de pollo, sin el muslo solo la otra parte, y decid al carnicero que os quite los huesos y la piel. (no a vosotros, que duele mucho, al pollo), 2 cucharaditas de cúrcuma, aceite para freír, 2 cebollas, una de ellas cortada en trocitos pequeñitos y la otra en cuartos, 2 mangos maduros, 6 cucharadas de pasta korma o en polvo, 100 grs de jengibre rallado, 2 cucharadita de comino molido, 400 grs de leche de coco (viene en latas), 600 ml de caldo de pollo, cilantro fresco.

Coge los trozos de pollo y pártelos por la mitad, ponlos sal y un poco de cúrcuma. Calienta el aceite en una sartén y empieza a freírlos hasta que estén dorados por los dos lados.

Sácalos de la sartén. En el mismo aceite, dora la cebolla que tenías cortada en trocitos pequeñitos, durante 5 minutos o hasta que esté blandita.

Pela uno de los mangos y corta la carne en pedazos, sacando todo lo que puedas hasta llegar al hueso y procurando no dejar nada pegado al hueso. Aprovecha al máximo. Colócalo en una batidora junto con el korma, el jengibre, y la cebolla cortada a cuartos. Bate hasta formar una pasta y échalo a la sartén donde tienes la cebolla dorando. Cocina un poco hasta que todo esté blando.

Echa ahora lo que sobró de la cúrcuma, añade el comino y sube la temperatura de la encimera durante 2 minutos. Vuelve a poner el pollo encima de esta pasta. Añade la leche de coco y el caldo de pollo. Tapa y cuécelo todo durante 20 minutos. 

Destapa y ahora sigue cociendo otros 25 minutos hasta que el pollo esté tiernísimo.

Pela el otro mango y echalo a la cazuela en pedacitos. Mira si necesita más sal o pimienta y sirve con hojas de cilantrro fresco por encima.

Yo lo acompañé de arroz basmati, popadums, chutney, y preparé una salsa de yogur a la menta que es muy fácil (solo hay que poner un yogur en una taza y añadir 2 cucharadas de salsa de menta y un pellizco de cúrcuma) y listo.

Que os aproveche.