600 grs de lentejas

1 tomate maduro

1/2 cebolla mediana en 2 cascos

1/2 cebolla mediana picada

2 dientes de ajo

1 hoja de laurel

1 ramita de perejil

1 vaso de aceite

2 rebanadas de pan frito

1 cucharadita de pimentón

agua

sal

Elaboración:

Limpiamos con mucho cuidado las lentejas (pues suelen tener piedrecitas) y las ponemos en remojo en agua fría abundante unas horas ( la víspera por la noche si se quiere). En una cacerola ponemos las lentejas escurridas de su agua de remojo, les añadimos el laurel, los 2 cascos de cebollas, 1 diente de ajo (sin pelar) y las cubrimos con agua fría abundante, sin sal. Las ponemos a cocer con la cacerola tapada, a fuego lento después de roto el hervor, y las tendremos cociendo durante 1 o 2 horas (según la clase de lentejas). En una sartén ponemos el aceite a calentar, freímos las 2 rebanadas de pan, retiramos y reservamos. Quitamos un poco de aceite dejando solo un fondo en la sartén. Añadimos la 1/2 cebolla picada, freímos hasta que empiece a dorarse (unos 8 minutos) y echamos entonces el tomate pelado, cortado en trozos y quitadas las semillas. Sofreímos todo junto y, apartando la sartén del fuego, echamos el pimentón. Revolvemos bien y vertemos sobre las lentejas. En un mortero ponemos 1 diente de ajo pelado, un poco de sal, el perejil y el pan frrito. Machacamos bien y desleímos con 2 o 3 cucharadas soperas de caldo de cocer las lentejas. Vertemos en la cacerola de las mismas. Revolvemos todo bien, rectificamos de sal y cocemos todo junto durante unos 10 minutos. Servimos, retirando antes el laurel y el ajo de cocerlo.